
Existen lugares algo escondidos y especiales en el Caribe con un encanto que te atrapa y hace que quieras regresar. En el sureste de la República Dominicana, cerca de La Romana, hay uno de esos rincones mágicos y se llama: isla Saona.
Para llegar hay que ir en barco desde el puerto de Bayahibe, un pequeño pueblo de pescadores, también con mucho encanto donde podrás encontrarte con los locales haciendo su día a día y trabajadores del sector turístico, encargados de realizar excursiones y actividades en la zona. Esta excursión se puede reservar desde muchas zonas turísticas: Punta Cana, Bayahibe, La Romana, Juan Dolio y Boca Chica.
Saona es una de las islas del sureste más grandes de República Dominicana, con cerca de 400 habitantes que dependen exclusivamente del turismo y la pesca para subsistir. Saona es un destino conocido por los turistas ya que en temporada alta reciben hasta 500 personas al día. Forma parte del Parque Nacional del Este (actualmente llamado: Parque de Cotubanamá), un área natural protegida donde viven muchas especies, algunas de ellas en peligro de extinción, como la tortuga verde.
De camino a Saona se hace una parada en una piscina natural, donde el agua llega más o menos por la cintura y donde además de disfrutar de un baño en aguas transparentes y cálidas, se puede disfrutar de un paisaje digno de postal: una playa interminable repleta de cocoteros.
En las excursiones a Saona podrás disfrutar de un almuerzo frente al Mar Caribe, con los pies en la arena y rodeado de naturaleza. Luego podrás darte un chapuzón en las playas de arenas blancas y aguas cristalinas. Visitar Saona te sabrá a paraíso y te llevarás un recuerdo inolvidable. Seguro que querrás volver y volver a disfrutar de esta joya natural en el Caribe.